Deberíamos ayudar al débil
sin ruídos
con el mismo cuído que se coge
un jazmín
sin que se se note, sin romper
el sagrado silencio del jardín
que se oiga solo el rumor
de la fuente, el vuelo raudo
de una paloma, el canto alegre
del mirlo, el silencio vivo del
corazón agradecido, ayuda
al débil antes de que te lo pida,
bastante triste es su vida, cuanto
frágil es su cuerpo, más sufre su
mente y más oculta es su herida.