Me encontraste en una solitaria noche,
era un vagabundo en la acera de la desdicha.
Famélico de cariño,
esmirriado de amor.
Seré un cosmonauta
en la galaxia de tus labios,
hacia el universo de tu alma.
Perdido en la oscuridad infinita de tus ojos,
vagaré en el cosmos.
Cuando me encuentro en ti,
tu voz me empalaga
con fuerte brio,
tanto que desaparezco
en un mundo de amor ingenuo.
Me olvido de vivir,
me olvido de respirar,
siempre que tu recuerdo se hace ausente.
Mantente en mi campo, amapola de mis sueños,
te regaré de amor y alegría,
me cultivaras con tus caricias.
Mi alma a gritos te susurra
tu inadmisible ausencia,
pero eres tierra de mis manos,
soy las cenizas de tu hoguera.
Yo seré la yesca,
tu serás la chispa.
Amor, ven en forma de adoquines,
construiré catedrales,
monumentos y edificios,
pero nunca mausoleos.
En el pueblo de nuestro amor
no existirán los funerales.