Quiero ser la gobernante de mi cuerpo.
Salir de casa sin ser acechada por miedos.
Quiero poder soltar mi pelo,
sin recibir piropos de hombres ebrios.
Deseo ser mujer
en donde
la violencia que me atañe
no sea “por mi culpa”.
En donde
el acoso que me dañe,
deje de ser justificado
detrás de un:
“Tú lo provocas”.
Me gustaría salir usando falda,
y de “puta” no ser catalogada.
Ni pienses en usar una blusa escotada,
es suficiente motivo para ser sexualmente violentada.
No es necesario coincidir con una ideología,
para saber que el acoso es violencia,
que vivimos esta realidad latente, en decadencia.
Y parece que el mundo se lo toma a la ligera.
Quiero tanto volver a ser persona.
Que mi figura no dé pasos en retroceso:
de humana a sexo, y de sexo a objeto.
Díganme por favor,
¿en qué me he equivocado?
para que piensen que me gusta
que me exhiban sus miembros
por la calle, en el autobús,
mientras cruzo la esquina,
a oscuras.
Deseo tanto ser mujer,
en donde no me maten,
donde no me violen,
donde no me acosen.
Deseo tanto ser mujer,
en donde tenga la plena libertad
de poder serlo...