¡Qué bueno eres!
Sólo hay una pena:
¡son las mujeres!
(Haiku. Fidel Hernández)
Saltas al ruedo de la pasión
como quien salta a un espacio multicolor
sin notar que la vida es una traición.
Eternamente enfurruñado y algo nostálgico,
siempre adolescentemente enamorado;
fuiste galán, te convertiste en vampiro,
tiraste los tejos a todas las mujeres
para cobijarlas bajo tus tejas de amigo.
Día tras día vas caminando por la vida;
mas con la marcha atrás siempre metida.
Cómo no dedicarte a ti un recuerdo,
orgullo de una raza de caballeros;
realmente luchador y algo torero,
algo gruñón y algo bohemio…;
zarpan de mí unas pobres palabras,
originarias de ultramar para ti,
novato impertérrito en el amor.
No eres un corazón partido,
más bien eres un corazón henchido,
un corazón con muchos latidos,
tantos como mujeres te han seguido;
pero que ninguna se atreve
en dar el paso de querer vivir contigo…
Todo esto lo leo en todos tus escritos,
o bien en tus letras lo presiento
todos los días, mi querido amigo.
Este poema es para ti y solo para ti,
como muestra de una amistad
que tal vez no la merezco;
mas conmigo encima la llevo,
te gusten o no estos versos…,
poeta del alma, poeta amigo.