Envuelto cual grotesco especimen de circo,
viajo hasta realidades enfermas,
sin percibir que observan
los fisgones de antaño..
Creo poder, y me subo a esa cabalgadura,
no doy cuenta de la poca maniobrabilidad
y lo desparejo del terreno.
Intento asirme, mas corrupto caigo en el barro,
el barro de las dudas...
Imploro por esa mano que me alze,
que me sostenga...
Mientras la arena movediza me envuelve gritando
y mi caballo se convierte en corcel, tan bello y sagaz,
ya es libre, ya no puedo domarlo
pues no encuentro el punto
de su crin
en el que aprieto y responde...
Comienzo a odiar al establo entero.
Lo aborrezco, por lo que yo creo
que es,
pero en realidad me odio a mi mismo,
no puedo soportarme.
Me veo entre la belleza y río, me digo:
grotesco!!