Cuando estés tan sola
que tu propia soledad te de la espalda
y tus recuerdos no acudan a tu ausencia
y la ausencia colme la vastedad de tu infinito
y el infinito exceda tu existencia.
Cuando la abisal oscuridad
desgarre tus últimos vestigios de coherencia
y ya no estés con vos...
y estés allí,
tan quieta e impávida,
tan ausente en tu comparecencia...
Cuando tu vos no tenga voz,
cuando tu luz te quite su presencia.
Cuando el dolor, el ahogo y tu razón,
colapsen la propia penitencia
y no haya sol, ni noche, ni cielo, ni luna,
ni aire que justifique la existencia.
Cuando quieras gritar o maldecir
rogar o suplicar… llorar...
Cuando no quieras querer
¡Cuándo ya no quieras!
Cuando estalle el límite
que azota tu conciencia.
Cuando alguien deba estar de pie
frente a vos
frente a tu abismo
¡O cuando ya no ofrezcas resistencia!
Cuenta conmigo