Yo limito.
Yo limito con mis paredes cuánticas
Con mis frecuentes sobredosis de tristeza,
Con los lamentos de mis átomos desesperados
Y con mi desencuentro cosmopolita del sentido.
Yo limito.
Yo limito con la reiteración del dolor
Con la sobreexplotación de metáforas,
Con la ineludible monotonía lingüística
Y con la utilización extrema de las hipérboles.
Yo limito.
Yo limito con el agotador escarnio popular
Con la prolongación excesiva del silencio,
Con la voz susurrante de un fantasma imaginario
Y con la maldita resignación integra de la nostalgia.
Yo limito.
Yo limito con la geografía antigua de sus labios
Con las habituales puñaladas de indiferencia,
Con las nocturnas siluetas intermitentes
Y Con los fúnebres colores tristes de mi escenografía
Yo limito.
Yo limito con mi persecución eterna de los sinónimos,
Con mis frenéticas sensaciones posesivas
Con mi claustrofobia, con mis alucinaciones
Y con mi afán infinito de aferrarme del pretérito.
Yo limito.
Yo limito con el genocidio de los versos recién nacidos,
Con el sonido de la lluvia muriendo en los tejados,
Con recuerdos difusos, con poemas abstractos,
Y con dolorosos pensamientos militantes de la melancolía.
Yo limito.
Yo limito con la inutilidad característica de mi persona
Con la trascendencia inexistente de palabras envejecidas
Con la crucifixión de pensamientos, con la matanza de ideas
Y con el perverso renacer inevitable de la culpa suicida.
Yo limito.
Yo limito con el tenebroso frío invernal de las ausencias
Con la palpitante sangre inagotable de las hojas marchitas
Con las fronteras de la noche, con la morfología de mi alma
Y con el paradójico pánico latente de la inexpresión continua.
Yo limito.
Yo limito con el vacío de las dimensiones deshabitadas
Con el caótico llanto desgarrador de mis partículas,
Con los insomnios crónicos, con las demencias lúcidas
Y con la singular personalidad popular de los atardeceres.
Yo limito.
Yo limito con mis inexorables suspiros en la madrugada,
Con mi búsqueda desenfrenada de adjetivos calificativos,
Con mis contradicciones, con mis inconsistencias
Y Con el frenesí desesperado de encontrar mi propia descripción.
Yo limito.
Yo limito con mi adicción infinita de ser mi propio límite.
santiago esquivel.