Entre el inmaculado diálogo
del musgo, las neblinas y las sombras,
o en la aridez del tallo humedecido
exhala torbellinos de luz
y de colores,
increíbles y mágicos besos
la mansa natura exuberante,
que en vorágine indetenible
besa al viento, besa al cielo
con pétalos en formas,
gamas y matices,
y en cascadas de rasgos increíbles
avasallan al verdor, a los pájaros
al viandante,
con su fardo indescriptible
de mágicos detalles y caprichos;
patrocinio del espíritu innegable
ocultamente infaltable
en los bosques,
piedras, escarpadas
y caminos.
Bolívar Delgado Arce