Como ave sigilosa, acechabas mi nido,
en busca de la presa, que no te quería dar,
¡¡es que no te das cuenta, que yo vigilo,
lo que tanto tiempo, me costó crear!!.
Un hogar muy bonito, con mi fiel amor,
y apareciste de repente, quiriéndolo llevar,
sin pensar un momento en mi dolorido corazón,
él amaba esta vida, que le querías arrebatar.
¡¡Me ganaste la partida, ¡muerte!!, llévame también,
no me dejes sufriendo en cruel desesperación,
ya nada es lo mismo, mi hogar se destruyó,
cuando el último suspiro, de su pechó huyó.
Ya no quiero la vida, te la regalo,
ya no siento mi alma, ni mi corazón ,
vivo sin sentido, sin esperar nada,
quiero cruzar esa barrera, también yo.
Maria Hodunok.