Su paraíso con aroma a mujer, entre cuatro paredes de gemidos.
El pasado de tu historia
no interesa en este momento
no juzgaré tus actos
ni los besos que tu has dado
no plantearé medidas de resarciones
ni que repitas las costumbres de tu boca
solo, únicamente pediré
que tus manos sean mi cielo
y juntos podamos volar al infinito nuestro
el de todos los días.