Porque me tienes desde antes,
se podría decir
que fui tuya
desde el momento cero.
Porque soy tonta
y no me atrevo,
porque no hay ni fortuna
ni acierto
y sí lágrimas de anhelo.
Porque nos hace falta un acercamiento:
a veces solo hay unas palabras,
otras, una mirada,
y la última vez… nada
y te eché tanto de menos.
¿Y si tú lo hicieras, amor,
si tú propusieras el encuentro
aunque fuera con un pretexto…?
…¡Pero qué ilusa!,
sé de sobra que nunca vas a hacerlo.
Eva