Ella, azabachabe negro
que se enreda en su cabello alborotado,
al pasar el viento por su lado.
Ella , se acercaba de puntillas ,
sin hacer ruido, cual bailarina
gira con su tul, volteando sin cesar
por la pista de baile.
Ella : se dibujó a sí misma
en la infancia de su vida,
sosteniendo el timón pesado de la existencia.
Ella, abrazándome con pañuelos de seda
perfumados para limpiar con suavidad,
las heridas que rasgaban
mi piel y mi carne
envueltas en cáscaras armagas
cerca del umbral del alma.
Ella, enciende pupilas carbón
con la mirada queriendo difuminar
sobre el papel sepia del escenario vivido,
los problemas, desencantos, amarguras
y decepciones, que viajan dentro
de los vagones del tranvía,
en el que todos subimos
sin rumbo, sin destino,
sin tiempo definido.
Ella sostiene con sus esbeltas manos,
el dolor que desprende
la oscuridad de mi noche,
para pintarme una sonrisa
con arco iris de colores.
Ella: amiga, madre,
cómplice , compañera….
¿Quién es ella?