Había un monte y en ese monte un monstruo. Cuando la gente se percata de eso se dice que hubo un caos en la región. El monstruo venía e iba y aparecía y desaparecía. En una noche se le aparece a un joven hermoso y le dice:
-“Oye, tú, quítate la ropa…”-,
Y el joven se percata de todo y se le enfrenta y le dice:
-“Ah, si tú eres el monstruo que asusta a mis compueblanos, a que no me quito la ropa, a ver sal de ese escondite...”-,
Y el monstruo vá y lo deja en paz, y no se volvió a saber de él más, hasta un tiempo. Hay una fiesta y se aparece el monstruo y éste le dice a otro joven:
-“Oye, tú quítate la ropa…”-,
Y el joven con miedo se la quita y le dice:
-“Yá, ¿me puedo ir…?”-,
Y el monstruo le dice:
-“Muy bien muchacho, me gusta tu camisa…”-,
Y el joven lleno de frío le dice:
-“¿Yá me puedo ir…?”-,
Y el monstruo le dice:
-“El que se vá de aquí soy yo y con ropa…”-,
El monstruo salió de su escondite con la ropa del joven apuesto y él le dice:
-“Ay, si usted es apuesto…”-,
Y el monstruo le dice:
-“No te dejo, porque eres feo y me diste tu ropa…”-,
Y el joven le dice:
-“Ah, si estaba desnudo…”-,
Y el monstruo riposta:
-“Sí y mi mounstrito tenía mucho frío…”-,
Y el joven indaga:
-“¿Qué mounstrito, dice usted …?”-,
Y el monstruo le dice:
-“El que tengo entre las piernas, tonto…”-.