Eternamente unidos.
Del claro de tus ojos nace este poema, el brillo tan hermoso de la suave luna llena.
Se toma de la rima el color de tu perfume y de aquello se motiva el camino de una nube.
La vida, que revela el fragor de tu sonrisa, se cuelga este poema de la cristalina brisa.
Me da por ser poeta, ser amante de tu paz, la noche que despierta la silente libertad.
Te veo y te desvelas, te respiro libremente: la noche a ti me lleva aunque no pueda tenerte.
El espía de tu cuerpo, el testigo de tu amor, soy yo en este momento y por siempre seré yo.
Ya va a llegar el día de tu beso sobre el mío: haremos una vida y eternamente unidos.
A Claudia Jara.