Patricia Aznar Laffont

Tu Libro de la mismísima Eternidad...

En Tiempo conciso,
algo sugerente
y desmañado,
como borde marchito,
te dedicas sin saberlo
a aquel Libro
que lees y vives
permanente.

Sólo explorar
en sus letras ,
imágenes o metáforas…

mecerte en recuerdos  rotos
o en viejas nostalgias;

y de pronto  nacer nuevamente,
como crisálida valiente,
madura y de mil colores,

que en vuelo de gloria destella su linaje
enmohecido de la Historia decadente
de la Humanidad toda,

o  por momentos te dejas sumergir
en la antigüedad desdeñosa,
y absorta de vivencias y pesares

que te inquietan…
que has padecido;

Vivencias e historias
escritas con sangre
de tus venas maltratadas,

en sus páginas
ya amarillentas…

Es tu Propio Libro de  Vida.

Lo imaginas, lo lees,
le das sentido, buscando
su dirección, la coherencia
que sea
correcta y sabia.

(ya casi lo terminas,
ya casi  lo has escrito, Vamos! ...te aliento!)

Lo desdibujas en aquellos
claustros y aulas desérticas
ávidos  e impuros de tu Ayer.

Es una obsesión
tan impenetrable
y dura
con itinerarios disímiles y letras
plagados por tu  Subjetividad
que desafías,
inconsciente..

Cómo hacer Señor, para no escribir más
sobre el  Olvido y la Memoria?

Cómo dejar de pensar versos,
sobre el simbólico Espejo  rasgado
del Universo,

que en la Soledad
de cada noche,
me  transforma,
en el  alado fervor y angélica ave audaz
que sobrevuela  sin temores,
atravesando mil historias
de desdenes y amores

rosas sin espinas y susurros de vientos…

que sobrevuelan, altivos,
la búsqueda ansiada de un amanecer en calma.

Y el saber,
que intuyo en Presente
sobre
los límites augustos
fríos e ignorados del mismísimo

Fin de la Eternidad.