Pero qué tristeza se apoderó de mí esta noche.
Qué desesperanza siento en el alma.
Me doy cuenta que, de lo más importante en la vida,
no recibo nada.
Y eso… amarga.
Pues es muy doloroso, a la larga, deshacerte dando
y no recibir nada.
Las lágrimas me quieren acompañar esta noche.
Será, sencillamente, que ya me hacían falta.
Eva