Probé la miel de tus labios,
y mis sentimientos hacia ti
se abrieron como una flor
húmeda y sedienta de amor.
Me mecí en tu regazo,
y acaricié tu bello rostro,
suave y sensual,
dulcemente aterciopelado.
Tú y yo dejamos libres
nuestros cuerpos desnudos
en una sinfonía de pasión
y de fuego loco y eterno.
Color rosa ternura,
que pinta con gotas
de agua del mar
los latidos de mi corazón.
Mirada encantada
que me atraviesa con su luz
mágica y deslumbrante,
que aumenta mi deseo.
Manos entrelazadas
que unidas son inseparables,
selladas frente a la adversidad,
fuertes como la piedra,
y duras como el mármol,
como las espinas
de una rosa roja.