Tengo el suficiente nivel en ajedrez,
para saber quién tiene habilidad,
Ya que cuando juego contra alguien,
soy como en el resto de mi vida un buen defensor.
Pero jugando al ajedrez con mi hijo,
debo ser como es lógico atacante,
irle poco a poco enseñándole la derrota,
pero ya le veo señales de brillantez.
A veces dudo, si dejar que alguna vez me gane,
pero pienso que una parte de mi misión es la de endurecerle,
Ya que la vida muchas veces es como un martillo que te hunde,
y tienes que aprender a ser autosuficiente.
Jugando al ajedrez con mi hijo,
veo y analizo a una mente distinta,
menos numérica ni memoristica,
pero quizá más racional y lógica.
Jugando al ajedrez con mi hijo,
espero que algún día me gane,
que sea infinitamente mejor jugador,
y que no vea martillos ni Torres, solo peones a los que derribar.