Del cuesco de una avellana
nació un barco velero
dicen que fué en la callana
donde se tostó primero.
Y una nuez color café
arreglada con gran esmero
con grandes velas color té
se inventó un barco bucanero.
Unos terribles marineros
de una piña del viejo pino
nacieron unos boteros
navegando con mucho tino.
Fueron los sueños de niños
imaginaciones navales
eran ternuras de cariños
en sus momentos cruciales.