Danny McGee

LA BRUJA DEL LÍRICO BOSQUE.

LA BRUJA DEL LÍRICO BOSQUE.


Cuando decías amarme, todas las rosas aplaudían al compás, se miraban unas a otras por la tarde al respirar, y silente iba la brisa a encontrarme con tu cuerpo, con tu rostro de doncella danzando en pastizales tan cegados como muertos.
Me decías que amarías como el canto es en un pájaro el fulgor eternizado, más allá de la distancia que el sol deja en su lira, sin espanto por la noche ni quejidos por la ruina.
Me decías que amarías por ser arte de mis letras atajada por un astro, tocada por instancias que el amor doma en la vida, sin espanto por la noche ni quejidos por la ruina.

Pero anoche… anoche me acordé… me acordé de la bruja del lírico bosque, de los dedos afilados cargados en mi espalda y de algunas mariposas a las que tú le hacías falta.
Me acordé de tu nombre, del aliento de la tarde que nos dio su aroma alado. Y yo te vi a mi lado como nunca a la libélula, como nunca a la que, incrédula, ama sin haber amado.

Me decías que amarías como el canto es en un pájaro. Me decías que amarías por ser arte de mis letras. Y yo te vi a mi lado como nunca a la libélula, como nunca a la que, incrédula, ama sin haber amado.

A Claudia Jara.