Teodocio Potes

Golpes de pecho arrepentido

Discúlpenme hijos míos

por mis actitudes y respuestas

violentas y agresivas

que van sembrando

en sus frágiles sembrados

de conciencia

semillas indebidas,

so pretexto de educar

con valores encumbrados.

Perdónenme por mi incapacidad

de control de estos

 ímpetus vapores

emanados del fondo

ignoto de mi bestial

condición no domeñada.

Me acuso culpable

de lo mal que desempeño

mi trascendental

función de padre humano,

pretendiendo moldear a garrotazos

a mis lindas criaturas

despertadas de los sueños

anidados en nuestros febriles genitales.

Me reconozco padre incompetente

incapaz del control

del navío azotado

por tormentas de emociones,

padre irresponsable,

inconsciente del valioso

material que esta moldeando;

padre cobarde

cuando se iguala con la

debilidad inocente

de sus propios hijos.

Perdóneme también

(Esto es lo más triste)

si de aquí en adelante

no sirven de nada

estos sinceros golpes

 de pecho arrepentido

después de que el tiempo,

los halagos lisonjeros,

y el veneno cotidiano de la prisa

se los lleve hacia el olvido.