Mientras mi cuerpo se consume día tras día,
un momento inesperado,
me visita mi amiga invisible
que es como una sombra instantánea,
acaricias mi cuerpo sin manos,
besas mi alma sin labios,
aspiras la energía de mis órganos
y como una vela que se apaga
me quedo sin vida.
Antes de exhalar mi último suspiro
le pregunto a mi amiga “muerte”
¿Qué futuro me espera?
ser polvo enterrado bajo tierra
o al contrario renaceré y viviré una vida desconocida.
Después de morir me gustaría
sellar mi inmortalidad con mis poemas
con el gusto de ser leída por lectores de todas las generaciones.
“Amada poesía tu inmortalizas a los poetas”.
Este deseo es para todos los poetas del mundo
incluídos mis amigos de poemas del alma.