¡Ay! niña, tu dedo gordo
tu abuelo te lo pisó
y como que estaba sordo
pues tu berrido no oyó.
Brotaron chorros de sangre
que mancharon las sandalias
y convirtieron la calle
en un torrente de lágrimas.
Un burro que estaba al lado,
dijo:\" Pobre muchachita,
Se aguantó pisón tan grande
en su pequeña patita\"
\"Sin embargo, dice el dicho,
no hay mal que por bien no venga,
porque esta orquesta de gritos
a esos niños entretenga\"
\"Se me montaron encima
en tiempo de mi recreo,
por ella tal machucada
bien merecida la veo\".
Moralejas
Los burros no son tan burros.
No hay pata que haga más daño que la de la misma sangre.