Me gustaba
verte reír,
me hacia
sentir,
alegría que no se
podía medir,
tu aura no
paraba de lucir;
ahora solo te
puedo decir,
ojalá nunca pares
de sonreír;
mi corazón
volvería a latir,
si estos versos,
con mi deseo
de que seas feliz,
pudieras recibir.