Antes del abrir del ojo
el ser salió disparado
en la sombra del instante
donde aquellas pupilas
eran un mito estremecedor,
como conociendo el fuego
por vez primera, impávido
ante la flama no terrenal.
Cuando el alma apenas respiraba,
aquel cuerpo cruzo apoteósico
cada camino custodiado por la sangre,
irradiando de encanto sobrehumano
se aproximó al origen de la vida,
susurrando oxígeno a raudales,
dejando las venas hinchadas de sed,
exprimiéndome el pasado como lluvia,
Invadiendo inesperadamente mi mundo.
En el amanecer de mi pensamiento
todas las palabras se cruzaron:
antes de la palabra las letras
ya estaban formando otro lenguaje.
Antes de la letra; silencio, espuma
del mar en que mi mente crece sus olas.
Cuerpo, mi cuerpo congelado,
atrapado inevitablemente
en un segundo larguísimo
¿Qué cuerpo soporta esta epifanía?
El ojo encendido,
segundo muerto
segundo vivo,
el ojo magnético
el ojo espejo,
el ojo de ayer.
Antes de mirarte.
Te había mirado,
mirado sin mirarte,
mirado sin imaginarte
mirado imaginándote
mirado aguardándote.
Mirado con el corazón
que tienes en tus manos.
Antes de mirarte
no había mirada.