Una herida revivimos en los senderos del ocaso,
Una hoja en blanco humedecida por la nostalgia de nuestros ojos,
No queda una locura, no podemos ver más que un extraño
horizonte temido por nuestros débiles pensamientos
Por años corrimos bajo verdes hojas,
Saltamos corrientes de esperanzas
Y besamos el nuevo amanecer,
Llegó el hombre y nos destruyó.
¿Recuerdas como sentimos el calor de una noche fugas?
Es la misma tierra, pero son otros los pasos que se marcan,
Es el mismo árbol, no más bien la misma hoja
¿Qué hicimos en los días de ausencia materna?
El verso se apaga,
Y la llama que nos siguió se oculta de nosotros;
Nuestra alma se hizo viento.
No queda nada que podamos amar
¿Recuerdas a las niñas saltar?
¿Recuerdas los viejos riendo a la par?
¿Recuerdas las caricias de mamá?
¿Me dejariás entrar?