Me encantaría escuchar tu canto, aunado al hermoso sonido del mar.
Marinero soñador, que oye el canto de las sirenas, amigo mío, aquel que ha navegado por tantos mares, que ha recorrido tantos lugares, esperas por tu amada, que extrañas, adoras y recuerdas… ¡Si, Amigo, espera pronto! Regresamos a tierras nuestras, y tú miras el mar, ves los destellos ondeantes de luz, y sé, que estas pensando en ella. ¡Aventurado seas mi amigo!
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Ya, espero verte, amada mía, y sentarnos en la bella orilla del mar, y recordarnos nuestros mutuos cariños, y contándonos tantas cosas uno al otro… Me estas esperando, y yo, imagino tu mirar, la belleza pura de tu vista, tu cabello negro, como la noche oscura en el barco, y tus ojos, como dos Perlas Peregrinas… ¡Amada mía, nos acercamos! ¿Acaso esa eres tu? Bella Mía, me has esperado, noche y día, a mi regreso, eh cumplido mi palabra, eh vuelto, y devolveremos el tiempo perdido, y tendremos un amor, como las olas del mar, como la suave arena del mar, y veré tu cabello, ondeante con la brisa salada del mar, mientras el agua baña tu hermosa piel… Amada mía, Marina, estas ahí…
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Amado, te he esperado, eh guardado las vigilias en el muelle, esperando tu barco, esperando por ti, recordando tu promesa, imaginando en las noches, que estas a mi lado, contándome de los mares, de los hermosos lugares, de la India, y viéndote a la luz de la luna, con tu rostro de sol, escuchando todas tus expresiones de cariño… ¡Has llegado! Estas cansado, pero tus ojos brillan, de gozo y regocijo, has cumplido, has llegado por mí, a empezar de nuevo una vida de completa felicidad, a vivir por siempre, escuchando la suave música del viento, en nuestro propio mar de felicidad, en el cual, navegaremos por nuestra eternidad…