Tu fuiste mi pecado mas bonito,
la rosa que nació de lo prohibido;
plegaria que conduce al infinito
y deja el corazón de luz henchido.
Mañana tarde y noche nos amamos
sin nada que pudiera detenernos,
el fuego del deseo lo calmamos
sin miedos, sin pensando en los infiernos..
Sentimos del amor la llama llama viva
prendida en los altares de impudicia,
y obtuve tu hermosura siempre altiva
haciendo del encuentro gran delicia.
En esa Santa Misa de erotismo
sentimos del placer sus bendiciones,
dejando bien atrás el atavismo
nos dimos a soñar sin condiciones.
Y fueron nuestras horas de verbena
un brindis de pasión, febril y ardiente;
bebiendo de tu cuerpo dicha plena
que tiene del amor lo más candente.
Autor:Aníbal Rodríguez.