THE BLACK PRINCE.
Te irás con otro. Yo lo sé. Se irá la noche por tu sombra y me vas dejar despierto. He de entrar en tu recuerdo, en tu estancia de espejismos y yo ya no seré el mismo al ver que tu amor ha muerto.
He vuelto al jardín alado, al viaje de libre aroma.
La noche me encuentra a solas. Las horas me dan tu nombre; hay tanta razón que esconde la vuelta de un tiempo atrás. Te irás por el viento al norte, al más alejado abismo, y tú no serás lo mismo que fuiste al mirar el mar.
Te irás con otro al umbral. Te van a arañar las alas de aquel vestido nocturno. Cegada por todo el mundo, tu cuerpo ornará las flores: por aves multicolores serás un alma en la hierba, clavada por la miseria te van a enredar los besos y todo será silencio en una mañana austera.
Se irá contigo una nube, un soplo, tu voz y el viento. De allí verás el perfume del loco que fue a tu encuentro. Por albo que fue lo nuestro, ni el día podrá elevarte.
Un hombre estará despierto y un verso te hará elegante.
La luna será menguante, serás igualada a fondo. Por otro serás besada, celada junto a la aurora. Las horas dirán tu nombre, y yo encogeré los hombros, tirado, sin iniciales, debajo de lo que amabas, un hombre será el escombro y va clavar su palabra.
Te vas a quedar sin alas. Irás al celeste sueño, y nunca será tu dueño el sol que por mar aclama. La náyade que no ama, se va a alejar de la tierra, y el agua de aquella sierra, también ha de perecer. Te vas a desvanecer y todo mi amor contigo.
El último irá al olvido y yo volveré a nacer.
A Claudia Jara.