Como la sonora Celia te busco por la distancia,
Me has dejado en mi sitio sola y sin calor,
Mis brazos buscan tu cuerpo, deseos de placer,
Mis ansias me conducen fácilmente al lugar donde soy yo,
Más mujer, más que nunca cuando mis poros se erizan,
Suave me vas subiendo el anhelo por toda la piel,
Dejas tu saliva en mis deseos de tanto y tanto sentir,
Me amas en una noche dejando todo tu sentir,
En mí conduces todos tus deseos ardientes,
Me manejas solo a tu merced, total y plena entre tus gustos,
Caigo en las sábanas de tus pupilas y solo tuya soy,
No mido nada contigo, me entrego toda con gran placer,
Al poeta de mis deseos, al dueño de mi sentir,
Nueva soy cada noche mi amor, entre tus dientes soy mujer,
Entre tu piel y tus deseos dejo de ser la de ayer,
Y nazco de nuevo un día, dueña toda de tu bello ser,
Ojos negros que me seducen, piel tibia entre mi piel,
Y al amanecer las nuevas luces de mi presente,
Estas acá entre mi miel, nueva, tuya y mía soy,
Dejada entre sábanas blancas repletas de placer,
Y al lado mío, siempre a mi lado el ser que me da su amor,
Ya no veo más que tus ojos posados entre mi piel,
La mañana llega y triste miro ....
Que sola en mi cuarto sin tu poema estoy.
¡ Oh ! Dulce amor en donde duermes,
Esta noche de lluvia y frío, déjame tu voz en este oído,
Déjame tu calor entre mis pies, déjame todo mi dulce amado,
Y abraza de nuevo todo mi ser...
¡ Sola !
Y qué sola estoy, sin ti mi alma dulce, mi vida, mi ser.