Existo y dejo de existir, existí en cada suave trazo, en cada diptongo e hiato, y en cada do-re-mi.
Existí inmersa en tus labios y fútilmente en tus párpados.
Existí en cada carretera y en cada curva de tu piel.
Dejo de existir pero aún existo aferrándome a no hacerlo.
Luisa Liendo.