Alek Hine

MORTAL

Imagen: Hamlet hablándole al cráneo de Yorick.

(soneto inglés)

Falaz es la doctrina hindú o griega
de un alma incorporable y permanente;
el hombre tiene un’alfa y un’omega,
su psique muere igual que sol poniente.

Es, ante la fantástica esperanza
de vida perennal ultraterrena,
abrupta la verdad, que asumo a ultranza,
así me reste dicha y sume pena.

Si no te vuelves polvo cinericio,
cadáver de ataúd humilde o vano,
serás, sepulto, pasto alimenticio
del germen y del pútrido gusano.

Después, un fato cráneo ya sin sesos…
y solo un frío cúmulo de huesos.

Thursday, September 15, 2016

 

VOCABULARIO
alfa y omega
1. loc. sust. m. Principio y fin.

abrupto, ta
1. adj. Dicho de un terreno: Escarpado, quebrado o de difícil acceso.
2. adj. Áspero, violento, rudo, destemplado.

asumir
Del lat. assumĕre.
1. tr. Atraer a sí, tomar para sí.
2. tr. Hacerse cargo, responsabilizarse de algo, aceptarlo.

a ultranza
1. loc. adv. a muerte.
2. loc. adv. A todo trance, resueltamente.

cinericio, cia. 1. adj. De ceniza.

fato, fatuo. 2. adj. Falto de razón o de entendimiento.

perennal. adj. Perenne, continuo, incesante.

poniente. 1. adj. Dicho de un astro: Que se oculta en el horizonte.

psique. f. Alma.

sepulto, ta
1. part. irreg. de sepultar.

vano. 5. adj. Arrogante, presuntuoso, envanecido.

ultraterreno, -na. adj. Relativo a lo que está más allá de la vida terrenal; ultraterrenal.

 

UN FRAGMENTO DEL HAMLET, DE SHAKESPEARE:

HAMLET.—¿Y cuánto dura un hombre bajo tierra sin pudrirse?
1ER. SEPULTURERO.—Si ya no está podrido en vida (que ahora último nos llegan tantos sifilíticos que casi se nos desarman al bajarlos) puede durar de ocho a nueve años. Un curtidor puede durarte nueve.
HAMLET.—¿Por qué más que los otros?
1ER. SEPULTURERO.—Porque tiene el pellejo tan curtido por el oficio, Señor, que por mucho tiempo no le entra el agua, y el agua es la destructora de tu hijo de puta cadáver. Aquí tienes una calavera que lleva en tierra veintitrés años.
HAMLET.—¿Y de quién era?
1ER. SEPULTURERO.—De un hijo de puta muy loco. ¿Quién crees que era?
HAMLET.—No lo sé.
1ER. SEPULTURERO.—¡Que lo pudra la peste a ese loco tunante! Una vez me vació en la cabeza un jarro de vino del Rin. Pues esta calavera, sí, Señor, fue de Yorick, el bufón del Rey.
HAMLET.—¿Esta?
1ER. SEPULTURERO.—Esta misma.
HAMLET.—Déjame verla. (La toma) ¡Ay, pobre Yorick! Yo lo conocí, Horacio; era un ser de una gracia infinita, con una admirable fantasía. Mil veces me cargó en sus hombros; ¡y qué odioso me resulta ahora imaginármelo! Aquí estuvieron los labios que besé no sé cuántas veces! ¿Dónde están ahora tus cabriolas, tus canciones, tus chispazos de buen humor que hacían rugir con carcajadas a toda la mesa? ¿No te queda ninguno, ni para burlarte de tu propia mueca desdentada? Anda a la recámara de mi Señora y dile que aunque se unte una pulgada de grueso de pintura algún día tendrá esta misma apariencia. Hazla reír con eso.
Por favor, Horacio, dime una cosa.
HORACIO.—¿Qué será, Milord?
HAMLET.—¿Tú crees que el gran Alejandro tuvo este aspecto bajo tierra?
HORACIO.—El mismo.
HAMLET.—¿Y olía así? ¡Puah! (Coloca el cráneo en el suelo)
HORACIO.—Así mismo, Milord.

[WILLIAM SHAKESPEARE, Hamlet, Acto V, Escena Primera.
EMU (1988), pp. 139, 140.]