Era rubia como el oro, llevaba en
el pelo una rosa roja y feliz bajaba
cantando, tenía una cita a la orilla del
río con su amado.
El novio la vio venir de lejos, pero no se
dio cuenta del ex prometido despechado que
escondido, acechaba con ojos inyectados
en sangre, en celos y en rabia salvaje.
El enamorado miraba y esperaba abrazar esa linda
figura, ella descendía por la orilla del río, de repente
sonó un disparo, los pájaros salieron de las ramas
de los árboles, volando asustados.
La vio tambalearse y caer al río, el joven horrorizado
emprendió la carrera, pero era muy fuerte la gran
corriente y se tragó aquel cuerpo tan querido y bello,
en la orilla quedó la rosa ensangrentada y deshojada.
Las aguas estaban muy turbulentas, teñidas de
rojo, no pudo salvar a su amada, soltó un grito
intenso diciendo:
¡ Iré en tu busca asesino, ya puedes temblar
y esconderte, te encontraré, te lo aseguro maldito,
y con mis propias manos el corazón te arrancaré!
Esa noche no hubo luna, no quiso salir en
señal de duelo, tocaron a difunto las campanas
del pueblo, los pájaros regresaron callados a las
ramas de los árboles, luego se desplomó el cielo,
y todo quedó en respetuoso silencio...
RELATOS A MEDIANOCHE PARA ADULTOS.