Sonríe.
Sonríe..., siempre sonríe,
no salgas de tu sonrisa,
pues todo lo que te guíe
será como una caricia.
No creas en la tormenta
que moje tus ilusiones:
la fuerza todo lo intenta
y eleva los corazones.
Si llega la noche negra
a darte su lobreguez,
verás que se desintegra
riendo al amanecer.
Con risas se va la pena,
y luego todo se prende.
Por eso, Isabel, recuerda
que mucho de ti depende.
Sonríe..., y da tu sonrisa
a quien te la solicite,
que así formarás la risa
del alma que veas triste.
Jamás le creas al viento
que sopla tus alegrías:
si tienes algún lamento,
recuerda las frases mías.
Si partes por ti primero,
y das lo mejor de ti,
tu mundo será sincero,
sereno y feliz. ¡Feliz!
Por uno parte la dicha,
no parte por los demás.
Recuerda, Isabel, la vida
contenta a quien ríe más.
A Isabel, amiga de Claudia Jara.