Nohelia Menjivar

Infierno

He caído en los escombros

dónde estaba encadenada de mis tobillos.

La madruga del martes arranqué mi alma de mi cuerpo.

Llego mi amiga a recogerme (siempre ha estado cerca mío)

deslizándome al tobogán de la muerte,

cayendo sobre huesos, vísceras y tripas de mis ancestros 

calcinados en las llamas del inframundo.

Hago la danza del vientre sobre la tierra de los cadáveres, 

mientras en mis piernas comienza a trepar el fuego,

que me detiene el movimiento.

Dejando mi corazón pulverizado,

que ahora solo quedan los rescoldos en la urna de la habitación de luzbel.