Hoy desperté con ganas de no amarte
porque en mis sueños pude ver tu corazón
que latía repitiendo mi nombre
pero palpitaba amartelado por otra sensación.
Enseñar a mi corazón quisiera
otro idioma para su vigoroso latir
pero, como un sabio analfabeta,
solo tu nombre quiere repetir.
El corazón de un mortal cualquiera
no se puede comparar
al corazón de un hombre enamorado
que a su amada no ve llegar
Es el mar que se muestra calmo
mientras en su interior abismos ha de ocultar.
Es el cielo que se muestra azulado
preparando una gris tempestad.
El corazón de un hombre enamorado
late siempre con fuerza y vitalidad,
esperando el abrazo de su amada
o esperando la estocada final.
Hoy desperté con ganas de no amarte
preparando mi odio dedicar,
más tan solo al sentir tu presencia
la muerte de tu olvido me volvió a matar.