Recuerdos de tenerla en mis brazos
enfrente de la mar
un día nublado;
ella con los ojos cerrados,
yo mirándola embobado.
Recuerdos de dormir juntos,
besos entre sábanas
que solo paraban
en punto y seguido,
nunca en punto y final.
Recuerdos,
tantos recuerdos;
que ya solo sé
que si marcha mi Persefone
se marcha mi primavera
y retorna mi Tártaro.