Beatriz Blanca

LA SORTIJA- Relato ( TEMA SEMANAL)

Entre sus manos trémulas sostenía una sortija. La miraba con ojos vidriosos como si el tiempo se hubiera detenido en ella.

Su expresión hablaba, recordando épocas que ya habían partido; sentada en un banco de la plaza, sola, en medio del bullicio alegre de los niños que jugaban y de las pláticas amistosas de los adultos que los cuidaban. Reconoció una mañana luminosa, plena de sol con una brisa cálida. 

Todo formaba una combinación armoniosa; los árboles regalaban generosa sombra y las flores exultaban colorido y aromas. Era un cuadro donde bullía la vida.

Pero..., ella estaba sola, acompañada de la sortija que apretaba entre sus dedos, la aproximó al corazón y sus ojos se transformaron en llanto que bañaron su rostro triste.

Los recuerdos acongojaron su alma que en otros tiempos habían saboreado la dicha.

Esa sortija era la prueba, no había sido un sueño, le había regalado vivencias imposibles de olvidar. Esa argolla dorada, era el símbolo de la promesa de amor que la había sostenido. Era la clave de toda su existencia.

En medio de sus lágrimas comprendió que la mágia seguía en ella. Debía sostenerla para volver a respirar sus recuerdos y sobrevivir a la pérdida dolorosa de su amado. En ella estaba escrita la historia de su vida compartida con el amor de su vida.

El presente gris de su soledad y el dolor intenso de la pérdida que le arrebató la armonía de sus días, le llevaron a sostener entre  en sus manos ajadas, la sortija, se sintió más serena. El alma de su amado, que ella contenía, la había consolado.

¡Otra vez el amor había triunfado!