Pasarán los años
Y aunque la memoria no alcance
Siempre quedará grabado
El recuerdo mordido
De los momentos más intensos
De una vida y un placer.
Recordarás mi aliento,
Que fue un soplo de vida ardiendo.
Quemándote la espalda
Regando tú tersa piel sudada
Dejando tu cuerpo sensibilizado.
Los deseos mórbidos brotaron
Creando un conflicto existencial.
Deseos que fueron cayendo,
En tu armoniosa figura magistral.
Te quemaron las promesas y las fragancias
De los deseos mordidos y escondidos
Que escaparon e invadieron tu cuerpo,
Buscando entre tus pechos poéticos
El impacto mayor, casi sísmico.
Dulce energía que eyectaron
La belleza de tu cuerpo maravilloso.
Inyección de lujuria interminable.
Succión de placeres desbordantes.
Es la emoción que tu mente no podrás soportar
Y que perdurará hasta que el mundo se agote.
Permanecerá para siempre en tu recuerdo.
Solos tu y yo en un paraíso perdido.
Este es y será el comienzo
De una nueva eternidad de pasión.
De este intenso amor que no olvidarás.
La sísmica intensidad de la voluntad.
Destruida y la media muerte consabida.
No lo podrás olvidar.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
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