Había una vez una brujita muy graciosa llamada Tere. Tere hacía embrujos, hechizos y brebajes para la gente que se lo pedía. Una vez llega a su casa un joven hacendado y muy rico, pero, que no era feliz. Y la bruja lo ayuda a ser feo, para ver si así era feliz. Y el joven fue feo, muy feo, y lo que lo ayudó a ser feliz fue su esencia de joven pícaro y dulce a la vez. Tuvo mucha suerte en el amor y en el dinero. Pero, no fue suficiente feliz. Fue a Tere, la brujita graciosa, y le pide, un último brebaje, que sea igual que antes, pero, con todo lo que tenía alrededor. Y la brujita lo complace y hace el embrujo de Tere. Cuando el joven vé que vuelve a hacer el mismo. Sólo quedó contra un destino. Contra un desequilibrado camino. Una suerte que le dejó su camino entre el bien y el mal. Y el embrujo de Tere fue así:
2 gotas de saliva de tortuga
1 ¼ de hojas de aguacate
2 hojas de oliva
1 aleta de pez dorado
1 ½ hoja de aleta de tiburón
Y lo preparó todo e hizo el embrujo de Tere. Y así, fue que zucumbió en un trance obligatorio. Cuando cayó en un percance entre la belleza y la fealdad. Y fue entonces más feo que antes. Y el joven hacendado que era muy rico perdió todo y todo porque no era él mismo. Y el embrujo de Tere, fue real como tan verdadero. Y el joven fue más feo que antes, cuando se dió de cuenta que era realmente más feo, pero, muy feliz. Quedó como todo un dios de los vivos, y quiso ser más feo. Pero, el embrujo cayó en tiempo y se hizo el embrujo de Tere. Y volvió a ser él mismo, pero, yá nada era igual sin la fealdad. Entonces, le pide a la brujita graciosa que le diera una última oportunidad en escoger entre ser feo o bello. Y escoge ser feo con toda su riqueza, y no se le otorgó, por que no era él sino otro más feo. Escoge ser feo sin nada y sí, le otorgó el embrujo de Tere, entonces el joven hacendado, escogió ser bello con toda riqueza y nunca más volvió a ser feliz. Más que mediante el embrujo de Tere.