Tu carita alegre
era pura inspiración,
tu presencia
causaba admiración,
por verte otra vez
reír, escribo con tesón,
he perdido la razón,
de oscuro
se ha teñido mi corazón,
por dejarte triste tengo
tormento y decepción,
pesar y desilusión;
ríe chiquilla gaditana
un montón,
me lo merezco,
por contigo comportarme
como un bribón.
Esos ojitos marrones,
eran como
mirar constelaciones,
levantaban pasiones,
causaban agitaciones,
y en mi corazón,
aceleraciones.