Alli estaba a un lado del escenario, en silencio,
La observé un rato, y entonces lo recordé
Regresó a mi memoria aquel extraño sueño,
El de las guitarras eléctricas que gemían en éxtasis
En manos diestras de apasionados jóvenes
Música de todos los tiempos, la que cambió al mundo
Vibraban gozosas en las metálicas cuerdas
En la penumbra citadina de la noche
Caminaba por las calles de los cafés de Valencia,
y un repentino estruendo despertó mis oídos
Y ahí estaban otra vez, las guitarras eléctricas
Vivas, vibrantes, irrumpiendo en esta dimensión,
En brazos de su amado en un sensual vaivén
Ahora el éxtasis fue mío y viajé a la dimensión de lo eterno