A veces miro...
el horizonte de mis días,
donde la Arcadia
de su beso...
se desgasta brevemente
al calor de su ternura,
A veces vuela...
la imaginación enardecida
al desnudo de la rosa,
donde el fuego
de mi labio...
se desgarra
suavemente,
en la cárcel de la duda.