dónde estás
no me encuentro el corazón
el cielo se ha teñido
como un cuerpo inerte
y respiro el aroma de una rosa mustia
te quiero tanto
hasta abrirme la piel
eres resplandor y caricia
y puedo amarte con mi último latido
esperando como el trigo
que pase la noche
para cubrirme de sol