Anoche fue de esas noches grises, frías, de aquellas en las cuales me nacen letras obscuras, letras que no precisamente son buena compañía.
Ayer 5 de noviembre te imaginé entre mis sabanas, acompañando mi insomnio, acariciando mis ansias de sentirte, de casi tocarte, de verte idealizando mi mundo habitado por ambos.
Sí, soñé contigo nuevamente, con el aroma de tu piel lejana, esa piel suave que tanto me gustaría visitar de vez en cuando.
Anoche soñé que soñaba, contigo mi mujer encantada, que sucumbías en mi boca, y yo que no reaccionaba.
Soñé que cantaba una bella melodía, que viajaba a tus oídos llena de dulce melancolía.
Anoche soñé que te amaba y que tu me amabas.
Anoche 5 de noviembre fuiste mía, mi amada.