Me vino un bienestar desconocido,
soltando de mis manos las canicas,
es algo que de niño no te explicas,
me ha pinchado la flecha de cupido.
Sintiéndome del cielo socorrido,
mirando la más bella de las chicas,
en agradarla tonto más te aplicas,
sintiéndote del todo confundido.
Se ha quedado atrapada su figura,
por las noches la sueño de mi lado,
mirándola entre flores en el día.
Muy temprano la miro con ternura,
en edad tan temprana enamorado,
el mirarla me llena de alegría.