Transito
un campo de esencia,
un labrado discontinuo
de instantes y crujidos
dibujados en mis pasos.
Planos llenos de aceras
de minutos cruzados,
luces blancas, cortes claros,
saltos, muros desvelados
con mis manos, miradas.
Mirando deslizo vientos
armónicos, soñando
armonizo mi redención.
Discurro
un camino de baldosas,
un devenir sinuoso
de silencios y milagros.
De formas a espacios raros.
Reglas sin matices vanos
ni espejismos fatuos,
soles polares, mosaicos,
rectas, entes trazados
con mis dardos, sombras.
Traigo sombras de cuerpos
destilados, destilo
elixir en sus átomos.
Un todo
que devuelvo de sus pedazos.