te quedas dormida cuando te cuento mis historias,
no te culpo.
A diario te levantas en las mañanas te pones hermosa,
a veces finges una sonrisa,
y otras veces te derrumbas como una torre de arena.
Te vas dieciséis horas.
Vuelves con tus hombros caídos
con tu cara de agotamiento.
Traes el alimento de la noche o un pequeño obsequio para mi.
Decidiste quedarte sola por las malas rachas del amor y preferiste dos perritos que te cautivan cada día.
Oh madre querida sabrá Dios de dónde sacas tanta fuerza a tu edad.
Tienes más energía que los niños,
corres y corres como Flash,
más fuerza que la de Hulk.
Talvez en las noches has de volar como un párajo o superman.
Ay madre Nohelia Nohelia este es tu poema, espero que cuando te lo lea,
Morfeo no te atrape.