Levanta tus ojos
mírame a la cara,
déjate querer
como a una hija
como a una hermana.
Mírame a la cara
y dame tu mano;
aquí está la mía,
déjate querer
como a una hija mía.
Escucha en mi pecho
como late y late
corazón adentro,
mírame mis ojos
se están escurriendo.
Ya empieza ese drama
que opaca mi ser;
los latidos danzan,
la ficción transmuta
cayendo en tu brasa.
Hugo Blair M.
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