alupego (Ángel L. Pérez)

SUEÑO VIVO

 

El reloj se paró.
Cuando envuelto en el halo,
los sentidos saltaron,
como un ágil felino.
Los efluvios llenaron,
el espacio vacío.
Y se hizo cargo el mundo,
de su gran desafío.

El amor se plasmó,
en un breve suspiro.
Fuego intenso en su forma,
breve en su recorrido.
Y las musas borrachas,
danzaron cual molino.
Aleteando sus brazos,
para darle sentido.

La corriente se acerca.
Un torrente inaudito.
Un derroche de fuerza,
que avasalla y doblega,
Una inmensa marea,
que anega los sentidos.
La pasión es la forma,
de sentir lo vivido.

Bebe el sueño del Hombre.
Se nutre del olvido.
Y vive entre las sombras,
trazando nuevos sinos.
Las razones son muchas,
múltiples los caminos.
Donde transita el sueño,
entre vapores vivos.

Los ecos se repiten,
hablando al infinito.
Para que el sueño llegue.
Para que sea finito.
Que llene los espacios,
que dejamos vacíos.
Y en un soplo de vida,
cuando brilla el suspiro.
El amor se abra paso,
entre el terror nacido.

En las perladas frentes,
de equívocos y giros.
Se dibujan los surcos,
que dejaron los niños.
Con la belleza pura,
de sus sentidos nítidos.
Con las fuerzas intactas,
de su auténtico instinto.

Se han borrado las muecas,
del respeto perdido.
Y han nacido unas nuevas,
con renovados rictus.
A.L.
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